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MUJER, quiero hablarte de algo que muchas veces pasamos por alto, pero que puede cambiar por completo la forma en que te entiendes y te cuidas: tu ciclo menstrual.
Más allá de lo biológico, nuestro ciclo es una brújula interna. Nos marca ritmos, estados de ánimo y formas de energía. Cuando aprendes a escucharlo, puedes fluir con tus cambios en lugar de luchar contra ellos. No se trata de “controlar” tu ciclo, sino de vivir en sintonía con él, reconociendo que cada fase trae algo valioso para tu crecimiento personal, tu creatividad y tu bienestar emocional.
Conectarte con tu ciclo menstrual no es solo entender lo que pasa en tu cuerpo, sino reconocer un lenguaje emocional y psicológico profundo que muchas veces hemos aprendido a ignorar. Durante siglos, se nos enseñó a ver el ciclo como algo incómodo o que debía ocultarse, cuando en realidad es una de las herramientas más poderosas para el autoconocimiento y el equilibrio mental.
Fase Menstrual (días 1 al 5): descanso y reconexión
Este es el momento de soltar y descansar. Nuestro cuerpo está haciendo un esfuerzo físico importante, así que la mente también necesita pausa.
Desde la psicología, este es un tiempo ideal para la autocompasión: en lugar de exigirte productividad o buen ánimo, permítete sentir. Es normal estar más sensible o introspectiva. Aprovecha para escribir, meditar o simplemente estar contigo.
Piensa en esta fase como una pequeña “noche del alma” donde puedes soltar lo viejo y dar espacio a lo nuevo.
El mejor momento del ciclo menstrual para hacer rituales de liberación emocional es durante la fase menstrual (días 1 al 5).
En esta etapa, el cuerpo entra naturalmente en un proceso de soltar —no solo físicamente a través del sangrado, sino también a nivel emocional y energético. Desde la psicología, este momento simboliza una especie de “limpieza interna”: las defensas bajan, las emociones reprimidas tienden a emerger y la conexión con el inconsciente es más profunda.
Durante la menstruación, la energía se vuelve hacia adentro, lo que facilita el procesamiento emocional. Es ideal para rituales que impliquen dejar ir culpas, dolores, miedos o cargas del pasado. Actividades como escribir cartas para soltar, hacer respiraciones conscientes, tomar baños con sal o simplemente meditar en silencio ayudan a liberar lo que ya no necesitas.
Fase Folicular (días 6 al 12): energía y nuevos comienzos
Tu cuerpo se prepara para ovular y eso se traduce en renovación y entusiasmo. La mente se aclara, la energía sube y la motivación vuelve.
Psicológicamente, es un momento perfecto para activar tu autoestima y creatividad: establecer metas, iniciar proyectos o retomar rutinas saludables. Aquí puedes sentirte más abierta a aprender, moverte, crear.
Es la fase de decirte “sí puedo” y sembrar nuevas intenciones.
Fase Ovulatoria (días 13 al 15): expresión y conexión
Tu energía está en su punto más alto. Te sientes más comunicativa, sociable y luminosa.
Desde la psicología, es una etapa para expresarte y conectar con los demás. Puedes usar este impulso para hablar de tus ideas, compartir tu trabajo o fortalecer relaciones. También es un tiempo ideal para reforzar la confianza en ti misma, reconocer tus logros y celebrar quién eres.
Es tu momento más expansivo: brillas sin forzarte.
Fase Lútea (días 16 al 28): reflexión y autocuidado
A medida que se acerca la menstruación, la energía comienza a bajar. Puedes sentirte más emocional, con necesidad de orden o descanso.
Este es un tiempo para practicar la autocompasión y la no sobreexigencia. Desde la psicología, es normal que surjan pensamientos críticos o cansancio: escúchalos sin juzgarte.
En esta fase, tu intuición se vuelve fuerte; aprovecha para cerrar procesos, cuidar de ti y limpiar lo que ya no necesitas.
Desde la psicología, conocer tu ciclo te ayuda a desarrollar autoconciencia, es decir, la capacidad de observarte sin juzgarte. Cada fase del ciclo trae cambios hormonales que impactan directamente en tus emociones, tu concentración, tu creatividad y tu forma de relacionarte con los demás. Cuando sabes en qué momento estás, puedes entender tus estados emocionales en lugar de sentirte “inestable” o “exagerada”.
Esta conexión también fortalece la autoestima, porque empiezas a verte con compasión y respeto. En lugar de forzarte a mantener el mismo nivel de energía todo el mes, aprendes a escuchar tu cuerpo y a darle lo que necesita: descanso, acción, expresión o reflexión. Esa actitud de cuidado consciente genera confianza en ti misma, ya que validas tus ritmos naturales y honras tu proceso.
Desde una mirada psicológica, el ciclo menstrual se convierte en una metáfora de la vida misma: hay momentos de expansión, de creación, de introspección y de cierre. Al reconocerlos, cultivamos la autocompasión y reducimos la sobrecarga emocional que muchas mujeres sienten por exigirse estar siempre “bien”.
Conectarte con tu ciclo es, en esencia, un acto de reconciliación contigo misma. Es una invitación a vivir en coherencia con lo que sientes, a soltar la idea de perfección y a crear una relación más amable con tu cuerpo, tus emociones y tu historia.
Volver a tu ciclo es volver a ti!